«& But darling, where you going?It's so cold outside I know that I can't be concernedBut you're still in my life »
Cloe siempre ha sido
como el sol.
Jared no sabe si es la
gravedad o alguna otra cosa que ni la ciencia misma puede explicar, pero desde
que la conoció no pudo evitar que ella se convirtiera en el centro de su Universo;
como si hubiese algo en ese cabello rubio y esos ojos celestes, tan azules que
harían quedar en ridículo al cielo, que lo atrae de una forma magnética y para
que negarlo, también insana.
Sin embargo sabe que él
siempre ha sido y será como Neptuno dentro de aquel pequeño sistema solar que
la rodea. Demasiado lejano, demasiado frío y lleno de caos como para que ella
se digne a dirigirle siquiera un poco de su atención.
Y en realidad no la
culpa por lo que paso. No del todo.
Fue el quién se engaño
y creyó que era posible que Neptuno orbitara cerca del Sol, sin sufrir alguna
especie de daño irreparable. Pero él, tan acostumbrado a vivir en un invierno
eterno, quedo cegado por todo ese calor y pasión que Cloe desprendía,
emprendiendo aquel viaje sin retorno en busca de promesas falsas, pese a que desde un principio supo
que estaba destinado al inminente fracaso.